Apuntes...
“El fenómeno religioso: Dra. María del Carmen Valverde Valdés”
El día jueves 2 de abril del 2014 dio inicio el diplomado ‘Teoría e historia de las religiones’ llevado a cabo por la SEGEY en el Palacio G. Cantón. El calendario abarca desde el 2 de abril hasta el viernes 18 de julio y los horarios son jueves y viernes de 16:00 a 20:00 horas y sábados de 9:00 a 13:00. La estructura del diplomado se divide en siete módulos, los cuales son: Introducción, religiones de Oriente y la India, religiones americanas, religiones africanas, religiones mediterráneas y del Medio Oriente, cristianismo y expresiones religiosas contemporáneas. Cada uno de los módulos será impartido a manera de cátedra por un/a experto/a en la materia. El primer módulo inició con la Dra. María del Carmen Valverde Valdés, cuyo tema fue “El fenómeno religioso”. La catedrática dejó en claro que su exposición era la más general de todas, pues sólo pretendía introducirnos (como bien lo explica el módulo al que forma parte) al tema; también puntualizó en que el diplomado pretende revisar y analizar a groso modo las manifestaciones culturales del pensamiento religioso (en un tiempo y espacio determinado) y que no habrán cuestiones teológicas, pues esto correspondería a un diplomado más especializado. A continuación presentaré algunos apuntes que tomé de la primera sesión del diplomado, trataré que los datos sean lo más sintéticos posibles ya que considero que agregarlos todos no sería muy práctico para el/la lector/a. La Doctora puntualizó que para analizar una religión es necesario introducirse a su cultura y así comprenderla (o más bien, tratar de hacerlo) desde su perspectiva; esta idea es manejada como Malinowski cuando establece que la cultura es un todo integrado. Entonces, la religión es definida como un “fenómeno histórico que se da en un lugar y una cultura” y ella puede revelar cómo funciona el pensamiento del hombre y la mujer. La Dra. Valverde dividió su exposición en diversos subtemas que, por motivos de extensión, he reagrupado en 4 temas: revisión de la religión a través del tiempo (en Occidente), ciencia de las religiones, mecanismos de comunicación y el lenguaje de lo sagrado. La revisión de la religión consiste en un breve repaso del papel que ha tenido esta dentro del mundo Occidental (dicho esto en los términos más abstractos y generales). Los griegos son los primeros quienes intentan definir la religión; en general, esta civilización poseía el interés de definir los temas de los que hablaban; a diferencia de ellos, otras culturas (por ejemplo, las mesoamericanas) no existen términos que definan a la religión. Durante la Edad Media los ‘hombres religiosos’ son quienes se dedican a definir la religión, sin cuestionar al fenómeno en sí mismo. Es hasta el siglo XVIII cuando, mediante el racionalismo, comienza a analizarse el fenómeno religioso y separarlo del mundo “racional”; esto se debe, en parte, a la información enciclopedista característica de la época. En el siglo XIX se buscan definiciones muy concretas y, debido a la antropología, comienza a existir “el otro” que contempla a todo ser no-europeo como un “objeto de estudio” que será definido con parámetros occidentales. La catedrática señaló el fuerte vínculo entre el evolucionismo y la teoría de la religión, en donde se concebía que había distintos estadios por los que debía pasar un grupo hasta llegar a la civilización (y dentro de las características de éstas se hallaba alcanzar el monoteísmo). En el siglo XX los paradigmas anteriores son cuestionados y se rompen, por lo que surgen otras formas de acercarse a las diversas religiones. De acuerdo con la Dra. Valverde, actualmente ninguna de las aproximaciones al fenómeno religioso lo explica sin ver con los lentes de la cultura a donde éste pertenece. En las llamadas ciencias de las religiones se trata a la religión como una categoría operativa (qué es religión) y también desde una perspectiva funcional (qué hace). A pesar de las estructuras comunes que pueden existir, siempre habrá alguna propia (al igual ciertas leyes) que generarán explicaciones lógicas –aunque no siempre para el mundo ‘racional’–. La idea de que las religiones deben estar en una iglesia o en cierto marco institucional es falsa pues lo requerido es que exista la creencia en algo trascendente o sobrenatural (que puede estar o no estar fuera del ser humano). Algunas características de las religiones es que éstas poseen un código moral que establece relaciones entre creyentes, que se brinda una explicación sobre la vida y el sentido de la existencia, que se expresan en un sistema de símbolos y que las prácticas rituales se encuentran presentes en este universo simbólico que puede hacerlos/las tener un contacto con el ser sobrenatural. Otras dos ideas relevantes son: la dificultad del estudio de los fenómenos religiones radica, en gran parte, que las experiencias son subjetivas y emocionales y que al legitimar una religión se deslegitima a otra. Considero relevante mencionar lo expuesto sobre la ‘cosmovisión’; entre tantas definiciones formuladas en torno, ésta puede entenderse (parafraseando a López Austin) como un hecho histórico de producción de pensamiento inserto en la larga duración, como un conjunto estructurado y relativamente congruente, con el que una entidad social en un tiempo dado, pretende aprehender el universo. De igual forma, el pensamiento religioso se encuentra presente durante largas temporalidades” y, de acuerdo a López Austin, guardan lo que permanecerá a lo largo del tiempo en su ‘núcleo duro’. Respecto a los mecanismos de comunicación, podemos diferenciar dos: el símbolo y el signo. Por un lado, el símbolo se llega a constituir en un “lenguaje de símbolos”, empleado para transmitir la experiencia de lo sagrado (que trasciende a los conceptos); algunas palabras, presentadas por la Dra. Valverde, que definen al símbolo son: idea, multívoco, interpretable, afectividad, dinamismo y multidimensional, así como también la capacidad de trascender a la consciencia humana. Según la catedrática, los símbolos son una forma de expresar ‘la otra realidad’, se encuentran más allá del tiempo histórico y del pensamiento discursivo, así como igual implican una discontinuidad (ruptura de planos). Por otro lado, los signos pueden definirse con palabras como concepto, unívoco, objetivo, estático, lineal y concreto; en resumen, es prácticamente lo contario al símbolo. La catedrática presentó un término griego denominado “Symbolon”; su significado es el fragmento de una tableta, el sentido de esto es que al tener este pedazo se sabe que existe otro con el que está relacionado aunque no se haya visto. Podría decirse que esta analogía pretende explicar la unidad de dos partes pertenecientes a una realidad que se encuentran separadas y que alude a una realidad “misteriosa”. De igual forma, el symbolon es la garantía de pertenencia a algo. El lenguaje simbólico es comprensible para un conjunto de personas y permite que éstas participen en alguna realidad divina y también permite la representación de ciertos significados a través de símbolos. El último tema a tratar es el lenguaje de lo sagrado, que se desglosa en el mito, el rito y el símbolo; estas categorías pueden definirse como narración, acción y mecanismo de expresión, respectivamente. El mito emplea el lenguaje de los símbolos previamente mencionado, en donde se narra una historia que se halla en el ámbito sagrado en donde existen personajes sobrehumanos. Es importante indicar que estos relatos no son contados en cualquier momento, ni en cualquier lugar ni mucho menos por o a cualquier persona. Los temas de los que se ocupa el mito son los orígenes del mundo y los dioses (que suelen estar implicados en lo primero), la función social que desempeña es que es una forma de estabilidad y control, así como también una fuerza de cultura e identidad. El mito también es considerado como un ‘formulario’ del comportamiento humano porque revela qué está permitido y qué no. Manilowski decía que el mito era una realidad vivida y que operaba en las conciencias. El tiempo del mito es manejado como “tiempo inicial”, después existe un “tiempo liminar” en donde están los relatos de los héroes culturales y, finalmente, sucede la instauración del nuevo tiempo que será cualitativamente distinto. El rito es una acción simbólica (costumbre o ceremonia); en palabras de Valverde, es una expresión ‘tangible’ de cierta experiencia religiosa y una vía para experimentar ‘lo sagrado’. En este tipo de manifestación suele haber un intermediario entre la comunidad y la divinidad. No debe omitirse que su eficacia simbólica puede ser tanto pública como privada y/o colectiva o individual y que la comunidad cuida que el rito siga las instrucciones establecidas, porque si no, pueden desatarse consecuencias indeseables. Los objetivos del rito se catalogan en: agradecimientos y propiciatorios y sus elementos son la oración (plegarias) y el sacrifico (ofrenda). En un rito se actualiza el tiempo sagrado y profano, el primero se describirse como infinito, ilimitado, intemporal, circular; mientras que el profano es finito, limitado, con duración continua, irreversible y terrenal. Para concluir el texto, hay que mencionar que la Dra. Valverde no ahondó en alguno de los temas encontrados en mi resumen; sin embargo, presentó algunos datos en diagramas. Su objetivo era proporcionar las bases académicas útiles para la continuidad del diplomado, ya que su cátedra formó parte del primer módulo (introducción); considero que fue una exposición clara, en la que el Power Point era necesario sólo por la abundante información, más no porque su manejo del tema lo requiriera. Quisiera aprovechar para realiza un par de invitaciones: la primera consiste en que quienes estén interesados/as en algún módulo del diplomado pueden acceder a éste con un costo de $250 (30% de descuento a estudiantes) y la segunda en que quienes deseen obtener la bibliografía utilizada en el diplomado (o en cualquiera de sus módulos) se comunique para que se le envíe. |