El valor de este documental reside en que nos permite ver desde afuera el poder que tienen los ciudadanos cuando se unen bajo demandas previamente razonadas y discutidas. |
Como el hecho histórico que supone, es difícil ver este documental sin cierto pesimismo. Como el conflicto político que hoy en día sigue en disputa, sentimos la impotencia de los manifestantes ante la llegada de un gobierno que no cumplió sus demandas. Sin embargo, un elemento más del conflicto es el que nos mantiene con esperanza, y es precisamente lo que la cineasta Jehane Noujaim se encarga de documentar: el movimiento social que logró que un millón de egipcios, sin importar religión y sin importar etnia, se reuniera en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar en 2011 contra el régimen de Hosni Mubarak.
La cronología abarcada por el documental, que comienza con el movimiento desde poco antes de la renuncia de Hosni Mubarak hasta el derrocamiento del gobierno islamista de Mohamed Morsi, va de la mano de un grupo de jóvenes manifestantes a quienes acompañamos a lo largo de los casi dos años de filmación. No he visto muestra de solidaridad más grande que la que se observa en la plaza Tahrir en esos primeros meses de revolución, y vale la pena mencionar algunos aspectos técnicos de la cinematografía: las tomas de vista de pájaro (pues con ninguna otra hubiésemos podido apreciar la inmensa ola de protestantes) son ejecutadas en los mejores momentos. Es ahí donde podemos ver a los revolucionarios como un todo que llora, canta, y grita a todo pulmón la consigna que marcó la primavera árabe: El pueblo quiere que caiga el régimen. Egipto, en estos primeros meses del 2014, se encuentra estancado bajo el mandato del presidente interino Adli Mansur, un referéndum constitucional aprobado en enero, y la próxima jornada de elecciones que iniciará a finales de mayo y concluirá a mediados de junio. Estancado, sí, pero el movimiento social aún no termina, y el valor de este documental reside en que nos permite ver desde afuera el poder que tienen los ciudadanos cuando se unen bajo demandas previamente razonadas y discutidas. El pueblo egipcio aún tiene la oportunidad de demostrar su poder ante un gobierno insatisfactorio y represor. ¿Cómo negar su fuerza después de ver la increíble historia de su primavera árabe? |
Estudiantes de Antropología Social
Universidad Autónoma de Yucatán
Universidad Autónoma de Yucatán